En este municipio del Suroeste antioqueño se presenta un daño tanto en las vías urbanas como rurales; esto explica que es necesario el acompañamiento de Alcaldía ante el gobierno departamental porque según sus habitantes hubo abandono en los últimos 3 años.
Los dirigentes siguen en la búsqueda de recursos para construir y mejorar las carreteras que conducen a la cabecera municipal, sus 42 veredas y dos corregimientos.
En los últimos años se habla en Antioquia de la necesidad de construir importantes carreteras que le permitan integrarse con otros departamentos, pero un tema aplazable por los estudios ambientales sugeridos por el señor gobernador, sobre todo cuando ya están aprobados pero no se ejecutan porque la administración que los planeteó no alcanzó a terminarlos.
Hay unas vías veredales que se conectan con una calzada departamental pero no son financiadas con peajes sino con recursos públicos o recolectas privadas. Estas son valiosas para transportar mercancías o productos agropecuarios a los centros de abasto.
Fuera de eso el agricultor paga alto por su abono, baños contra la peste, flete y le toca negociar a precio bajo, pero en las plazas, el "comisionista" o el que tiene el "trato" comercia esos mismos alimentos a un alto valor. Es decir, el que gana es el último que vende en mayoristas, minoristas, supermercados o locales. Los más afectados son el vendedor inicial y el consumidor final.
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