Autor: @chelomontoya
Se nos fue el Foro Urbano Mundial, y es la oportunidad para felicitar
a la ONU por escoger a Medellín para tan destacado evento. A los
asistentes de diferentes países gracias por venir a esta ciudad que
había, en algún porcentaje, pasado del miedo a la esperanza. Sin
embargo, ya ajustamos 27 meses retornando al más grande de los miedos.
Tuve
la oportunidad de visitar el Foro en cuatro de los siete días. Me
pareció magnifico que este evento estuviera en nuestra ciudad y en el
siempre acogedor e impecable centro de convenciones Plaza Mayor. Un
espacio único.
Pero a lo que me senté, escribir sobre la
triste realidad de esta, nuestra hermosa ciudad, que con miedo y todo,
la amamos profundamente. Aníbal, ese señor déspota y oligarca que
tenemos como Alcalde sigue mintiéndole a Medellín, a muchos de sus
electores, y a todos los que pagamos impuestos, servicios y demás, así
como a cada uno de los habitantes de las 16 comunas y los cinco
corregimientos que componen nuestra bella Medellín. Por qué mintiendo,
porque nunca dijo la verdad en ninguno de sus discursos.
¿Cuál verdad? Se preguntarán. Señores ilustres visitantes de todos los continentes, Medellín no es la que pintan, Medellín no es la que él ha mostrado al mundo. Medellín es un cumulo de mentiras que él ha puesto a la vista de las oenegés, de los institutos y de las organizaciones gubernamentales. Porque es cierto, Medellín no es la que muestra Aníbal, un tipo experto en mercadeo, que le vende al cliente un maletín lleno de mentiras y engaños, que se tornan difíciles de reconocer.
¿Cuál verdad? Se preguntarán. Señores ilustres visitantes de todos los continentes, Medellín no es la que pintan, Medellín no es la que él ha mostrado al mundo. Medellín es un cumulo de mentiras que él ha puesto a la vista de las oenegés, de los institutos y de las organizaciones gubernamentales. Porque es cierto, Medellín no es la que muestra Aníbal, un tipo experto en mercadeo, que le vende al cliente un maletín lleno de mentiras y engaños, que se tornan difíciles de reconocer.
Medellín no es
tan sostenible como le vendió a los medios de comunicación. Medellín
está lleno de esperanza, pero con el miedo en las espaldas. Medellín la
conocemos gran parte de los que en ella vivimos, pero no la conoce quien
nos gobierna.

Las preguntas sin respuestas
¿Por qué no dijo la verdad señor? ¿Por qué le miente al mundo sobre la realidad de esta amada ciudad. Por qué sigue jugando con los habitantes? ¿Por qué se niega a lo que Medellín es y que ninguna de las obras de cemento en tres administraciones han podido cambiar?
La respuesta antes de la gran pregunta
Es ahí donde miente el oligarca Alcalde. Porque nunca ha sido responsable de esta ciudad. Porque Medellín también es: Villacafé, Altavista, Carmelitas, Picacho, Santa Cruz, El Playón, Barrio Triste, Castilla, Las Violetas, Aguasfrías, Parque de Berrío, Parque de Bolívar, La Sierra, Enciso, El Pinar, 13 de Noviembre, El Limonar, Las Independencias, 20 de Julio, Zafra, El Pesebre, Blanquizal, Parque Gaitán, El Bosque, Moravia, Campo Valdés, etc, etc. Medellín es esto, lo que no conoció ninguno de los visitantes del Foro, por qué, porque nunca se la han vendido con la verdad, sino con las mentiras. Nunca se la han vendido completa. Nunca han hablado de sus fallas, de sus problemas, de su violencia, de su criminalidad y guerra, y digo nunca han hablado, refiriéndome a los entes gubernamentales, porque los periodistas que no son arrodillados a la pauta, sí la hemos contado con todo lo que tenemos de mal. Y cuando no la contamos nosotros, vienen de afuera y la muestran al mundo. Medellín, aunque no es la de los 90, no es una ciudad tranquila.
La gran pregunta

Esa es la Medellín que usted esconde alcalde, la que no lo deja bien parado ante el mundo. Digo nobel de economía por mencionar alguno de los muchos ilustres que nos visitaron.
¿Qué necesita Medellín?
Medellín necesita
más equidad y justicia social que cemento. Castilla y Aranjuez necesitan
más que un puente que los comunique, necesita educación y cultura.
Inversión social que ataque todos los problemas que no se han podido
controlar.
Medellín necesita un administrador que le duela
cada habitante, que sienta a cada uno como de su familia. Que no le dé
miedo recorrer de noche cualquier rincón de la ciudad. Que actúe sin
pasividad ante el crimen. Que no malgaste los recursos en publicidad.
Que no llene la administración de burocracia. Medellín necesita a
alguien que se entregue a ella, que ría con ella, que llore con ella,
que sufra con ella, que se divierta con ella. Que reconozca ante el
mundo todo lo positivo y todo lo negativo. Medellín no lo necesita a
usted, pero tristemente usted es lo que tenemos como gobernante.
Tristemente usted no defiende esta ciudad. Tristemente usted juega con
esta ciudad.
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