Autor: Wilmer Alberto Zuleta López
He observado al verde paisa ganar 18 de las 22 Copas que tiene en su palmarés, me tocó ver cómo le ganamos al América de Cali a penales en 1999, así como a la Equidad en el 2011-I; pero nunca me había tocado un gol agónico a favor del verdolaga y luego una definición ganada desde cobros a partir del punto penal, desde el punto de vista emocional esta Final quedará en la Historia del Rey de Copas Colombiano, porque se sufrió mucho ante un equipo como Junior muy bien parado en defensa; pero paupérrimo ofensivamente (sobre todo en la segunda etapa, en la que no hizo un solo remate al arco). Esta estrategia ultradefensiva le funcionó a Defensor Sporting de Uruguay; pero no al cuadro barranquillero que se fue de Medellín con las manos vacías.
Por otro lado, desde el punto de vista del
palmarés, se logró superar a Millonarios en títulos locales, porque ambos
equipos tienen 14 ligas; dos Copas Colombia (la Copa Colombia de 1963, Millos
no la ganó en la cancha, sino que fue un título conmemorativo por ser
tricampeón entre 1961 y 1963, así que no hay razón para considerarla como un título
oficial); por esto, el verdolaga lo supera por la Superliga del 2012, ahora
desde el enfoque de títulos Internacionales, Nacional le lleva cuatro de
ventaja a los albiazules, porque tiene 1 Libertadores, 2 Interamericanas y 2
Merconortes contra sólo 1 Merconorte que tiene el cuadro capitalino.
Algunos hinchas de Millos dicen que "las 14 estrellas de ellos valen más, porque 13 de ellos fueron anuales", este argumento es muy pobre, porque si a eso vamos, en los torneos cortos hay más equipos que en las épocas Doradas de Millos, entonces hay más equipos en competencia, por lo que también sería más difícil ganarla hoy día, ni hablar de las Copas Colombia, con 36 equipos por derrotar, nada que ver con las que ganó Millos a pocos rivales, por estas razones los títulos valen en su especificidad, porque muchas veces los campeones anuales no fueron -en su momento- campeones semestrales. No saben qué inventar para seguir sosteniendo la Falacia: "de soy el más veces campeón".
Algunos hinchas de Millos dicen que "las 14 estrellas de ellos valen más, porque 13 de ellos fueron anuales", este argumento es muy pobre, porque si a eso vamos, en los torneos cortos hay más equipos que en las épocas Doradas de Millos, entonces hay más equipos en competencia, por lo que también sería más difícil ganarla hoy día, ni hablar de las Copas Colombia, con 36 equipos por derrotar, nada que ver con las que ganó Millos a pocos rivales, por estas razones los títulos valen en su especificidad, porque muchas veces los campeones anuales no fueron -en su momento- campeones semestrales. No saben qué inventar para seguir sosteniendo la Falacia: "de soy el más veces campeón".
Desde el enfoque futbolístico, el verdolaga no
fue tan brillante como en el juego en el que cayó 0-2 ante Defensor Sporting;
pero mejoró en eficacia y tuvo la jerarquía de igualar la serie en la última
jugada del partido, casi en el minuto 93. De nuevo el módulo táctico 3-4-2-1 le
dio un título al verdolaga, porque el equipo antioqueño empezó con todo: gol de
camerino de Alexis Henríquez y jugadas sucesivas de dominio hasta el gol de
Junior, con el que se diezmó un poco el cuadro dirigido por Juan Carlos Osorio;
sin embargo, por la lesión de Toloza, el equipo barranquillero se metió atrás
del todo; mientras que en el verde paisa, en el segundo tiempo, se ganó un
jugador más en ataque, porque Palomino pasó al puesto de Henríquez y Guisao
(extremo derecho) pasó a acompañar a Sherman y a Cardona en la segunda línea de
volantes, así se formó un esquema 3-3-3-1; luego -en el minuto 63- entró John
Valoy por Farid Díaz, con esto se armó una táctica ofensiva más arriesgada,
porque se pasó a un 3-2-3-2; Cardona pasó a ser un segundo delantero para acompañar
a Duque y Valoy entró en su lugar como volante resolutivo.
Como el gol no
llegaba y se requería un mejor fútbol aéreo, entonces el Profe Osorio se la
jugó toda sacando a Palomino por Juan Pablo Ángel, como quien dice, empato la
serie o me liquidan en un contra-ataque, varios de los 40051 hinchas presentes
en el Atanasio aplaudimos este cambio, porque ingresaba el delantero más eficaz
y el mayor ídolo vigente del verdolaga; aunque -en el fondo- temíamos que se
repitiera la historia del 0-2 ante Defensor Sporting, sólo faltaban 17 minutos
más la reposición, así que ya era todo o nada con el módulo ultraofensivo
2-2-3-3, era la primera vez que veía -en la era de Osorio- tantos hombres al
ataque; Junior no pasaba de la mitad de la cancha, porque se defendía con las
uñas mediante sus 10 jugadores y su arquero. Ya ni tiempo había para el juego
elaborado; pese a que se incurrió en el pelotazo, Juan Pablo Ángel ganó por
arriba tres veces y la última lo condujo a un cabezazo, con el que se originó
el gol de Valoy que nos llevó a los penales, los cuales no son suerte, ni
lotería, sino concentración, precisión, fuerza, técnica.
Finalmente, cada día me siento más orgulloso de
este plantel, no sólo porque lleva 6 títulos en dos años, sino porque es una “gran
familia” en donde hay cooperación, solidaridad y sana competencia. Me siento
muy feliz porque de nuevo triunfó el fútbol ofensivo, el título de Liga se
retuvo otra vez; mientras que el rival quemaba tiempo y muchos de sus hinchas
se creían campeones, la Tribuna verdolaga jamás dejó de alentar y en la última
jugada del partido llegó el premio a tanto esfuerzo, en última instancia, con
los penales se quedó con el campeonato el equipo que siempre fue el líder, pese
a que tenía doble compromiso en este semestre y a que fue el elenco colombiano
que más lejos llegó. Sólo me queda por decir: ¡Muchas Gracias, Amado Atlético
Nacional!
0 comentarios:
Publicar un comentario