Autor: Wilmer Alberto Zuleta López
"Pablo Escobar nunca les perdonó a Hernán Darío Herrera y Pedro
Sarmiento, que hubiesen fichado para el equipo de sus archienemigos. Pablo
Escobar se alcanzó a dar cuenta de la orden que habían dado a Sarmiento y a
Herrera (de sacar toda la familia que tenían en Medellín) y en una sangrienta
reacción alcanzó a matar a los suegros de los jugadores americanos y a algunos
otros miembros de las esposas de Herrera y Sarmiento, entre ellos a unos primos
y al abuelo, le mató siete u ocho primos de la familia, pero los demás lograron
escapar, unos en bus, y otros hasta en moto llegaron a Cali. Cuando es asesinado
Pablo Escobar, Sarmiento y Herrera vuelven a Medellín, recuperan las
propiedades que tenían allá y quedan, además, con las propiedades de Cali que
mi tío les había obsequiado en la Ciudadela de Pasoancho en la 81, ahí le
regaló de a casa a cada uno para que vivieran, y pudieran pasar con alguna
seguridad".
Segmento en: libro titulado "El hijo del ajedrecista" de Fernando Rodríguez Mondragón (hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela)... Ver las páginas 190-191 (2007, Editorial Quebecor World Bogotá. S. A. ISBN: 978-958-06-1097-7).
Segmento en: libro titulado "El hijo del ajedrecista" de Fernando Rodríguez Mondragón (hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela)... Ver las páginas 190-191 (2007, Editorial Quebecor World Bogotá. S. A. ISBN: 978-958-06-1097-7).
Conclusión: es evidente que muchos hemos padecido o hasta recibido dinero
del narcotráfico, así sea de manera directa o indirecta, en este sentido,
futbolistas como Hernán Darío Herrera y Pedro Sarmiento son sólo dos ejemplos
entre tantos; no obstante, estos hechos no prueban compra de títulos, sino dineros
calientes que es un tema distinto. Finalmente, lo que le hizo Pablo Escobar a
los familiares de Herrera y de Sarmiento tampoco lo vincula al DIM o al
Atlético Nacional, lo uno no implica lo otro.
Pablo Emilio Escobar Gaviria no invirtió dinero
en fútbol, según Pacho Maturana
"Que Pablo Escobar es un hincha furibundo del
Nacional es la mentira más grande que quepa imaginar. Conocí a Pablo Escobar, no lo niego, y conversé con él en varias ocasiones cuando yo residía en Medellín. Una noche cualquiera lo encontré en una discoteca y me enteré que habíamos estudiado bachillerato en el mismo liceo, pero él un año más atrás que yo.
Nunca entablé con él una amistad especial. Simplemente lo conocí y aún me
sigue pareciendo una persona interesante, así no pueda compartir sus propósitos
ni sus métodos, porque quien logra hacer lo que él ha conseguido, partiendo en
dos mitades la cronología del país y metiéndose quizás en su historia, debe de
ser alguien de unas condiciones peculiares.
Sé que le encanta el fútbol, pero para jugarlo, no para meterle plata. Y
estoy casi seguro de que si un día se decide a gastarle un peso a esto, se lo
va a invertir al Medellín, del cual es hincha apasionado. Digo si decide
metérselo, porque con tantas cosas como ahora suceden, debe andar en
preocupaciones muy distintas al fútbol.
El fenómeno de masas que creó Nacional en Antioquia hizo que mucha gente se
volteara a apoyar sus colores, incluida mi esposa. Quizá también Pablo Escobar
sintiera simpatía por sus logros. A veces en los clásicos él solía decir a sus
amigos que ojalá ambos equipos empataran, porque no quería que Nacional le
ganara al Medellín.
No vio cumplidos sus deseos porque casi siempre derrotábamos al DIM, por una
razón básica: no hay un placer más agradable que vencer al rival de patio. Hubo
también algunos otros personajes que se acercaban al equipo. Por ejemplo,
"Pelusa" Ocampo, quien sí era hincha reconocido del Nacional, les regalaba
dinero a los muchachos que marcaban anotaciones y cosas por el estilo. Pero
todos ellos son tipos externos, que ponen algo y se van, y nunca hicieron parte
de la organización deportiva. Su dinero no toca al Club. ¿Se imaginan el
zafarrancho que se armaría si esa plata pasara por las arcas de la entidad?
Pienso que en los demás equipos debe de ocurrir algo parecido, puesto que
los prejuicios sobre este asunto tan candente continúan predominando en las
conversaciones y tertulias. A cualquier colombiano que se le pregunte por el
tema de inmediato responde que el América es de fulano de tal, Millos del otro,
etc. Esos dineros colaterales acabaron inflando el fútbol y marcaron un punto
de viraje en el que pueden ser dañinos si no se cuenta, como escudo, con la madurez
de los jugadores. Porque la realidad es que el Club estudia sus finanzas,
reajusta sus presupuestos; hablo del Nacional porque en la Selección Colombia
no hay contratos y hace después sus arreglos con los jugadores. Fulano de tal
pide diez millones al año y los directivos le responden ofreciéndole seis, que
es lo presupuestado y lo que la entidad está en capacidad de pagar.
Entonces, alguien que no hace parte de la organización deportiva le dice al
jugador: firme allá por ese dinero, que yo le pago a usted el resto por aparte,
y en la realidad el futbolista ha completado su requerimiento y comienza a
ganar la plata que quería. Pero ocurría con frecuencia que al siguiente año el
mismo jugador llegaba donde Sergio Naranjo a pedir de nuevo los diez millones y
ya el mecenas no aparece por ningún lado a completar la paga. Y de paso,
Naranjo comienza a ofrecer menos, y es entonces cuando los muchachos salen
asustados diciendo: "Me van a rebajar". Aquí debo entrar yo a
explicarle al jugador que esa quimera se acabó, que un dinero es de la entidad
y el otro de un voluntario ajeno al equipo. Por fortuna ha empezado a
restablecerse el equilibrio.
Hubo siempre de por medio una cierta condescendencia de algunos directivos
para que este fenómeno se convirtiera casi en una costumbre, en especial en lo
referente a los premios. El Club nos daba 30 o 40 mil pesos por ganarle un
clásico al Dim. De pronto aparecía un hincha y ofrecía: "Yo pongo 80 mil
más", pero nunca se los daban al presidente del Nacional para que fuera él
quien los entregara. Simplemente mandaban ofrecer con alguien la prima. Eso no
es nuevo. Sucede desde mis tiempos de jugador.
En Colombia hay una ley, la ley marco, según la cual a ninguna persona
natural se le permite ser dueña del pase de los jugadores. Para nadie es un
secreto en el mundo del fútbol que los pases de Álvarez, Perea y Gildardo no
pertenecen al Nacional sino a unos hinchas que los pagaron y se los prestaron
al Club. Aclaro que el de Higuita sí es de la entidad, pues él empezó desde las
divisiones inferiores. Ellos no aparecen como dueños porque la ley se lo prohíbe.
Los tienen registrados entonces a nombre del Club, corriendo de paso el enorme
riesgo de perder su dinero porque tampoco pueden transferirlos.
Si quieren venderlos, debe ser Nacional o el Club en cuestión el que realice
el negocio. Así y todo, ellos continúan allí exponiendo la plata, en aras de
fortalecer la nómina del equipo, pero sin garantías específicas, porque lo
impide la ley marco. Se llegó a un extremo en que esto de los pases se hacía
por el simple interés de la especulación financiera".
En el libro Maturana con José Clopatofsky. Editorial EL TIEMPO,
Bogotá-Colombia (1990). ISBN: 958-637-132-8, páginas 135-146.
1. Una cosa son los premios a los jugadores de sujetos particulares y otra
muy diferente es demostrar que los susodichos son dueños del Club, le invierten
dinero o compran Copas.
2. El dinero del narcotráfico probablemente sí entró al fútbol, como a muchos
sectores de la sociedad colombiana; pero mediante premios a los jugadores, sólo
en el caso del Cartel de Cali se pudo comprobar pagos a árbitros, por esta
razón el América ha sido el único Club del FPC incluido en la Lista Clinton,
dada también la justificación de su presupuesto en nóminas y sus escándalos
financieros.
3. Los Carteles de Cali y de Medellín sí amenazaron a árbitros, quizás por
ganar apuestas; pero esto no es responsabilidad de los Clubes de ambas
ciudades.
"Narcofútbol" y folclor "futbolero"
En este Grupo hemos prohibido hablar sobre "Narcofútbol" y sobre
"Folclor Futbolero" (burlas y peleas entre hinchadas); sin embargo,
confío mucho en los miembros que generalmente comentan acá, porque siento que
hemos creado una cultura de argumentación y de respeto, por tanto, he
replanteado la postura que tenemos ante ambos temas y he llegado a la
conclusión de que estos asuntos sí se pueden debatir críticamente; pero siempre
y cuando lo hagamos con la altura que dichas problemáticas implican. ¿Qué
piensan ustedes?
En mi opinión, hay que repensar estas censuras. Por lo anterior, tendré la
osadía de compartirles algunas líneas, estoy dispuesto a debatirlas, porque
-como diría Kant- "ya tenemos la mayoría de edad, el Sapere Aude
suficiente, para reflexionar sobre dichas ideas con la seriedad que
merecen", los dejo con mi aporte, espero que les agrade.
Una Anécdota en Chicó
Eduardo Pimentel tiene unas historias muy "bonitas" con el Cartel
de Cali, leamos lo que dice el hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela (Fernando
Rodríguez Mondragón) en su libro titulado: "
el hijo del ajedrecista":
"Un día cualquiera un narcotraficante le contó a Eduardo Pimentel que
iba a hacer una vueltita, que aún tenía un cupito para llevar a otras personas
en el envío de la droga al exterior y Pimentel se arriesgó con una plática que
tenía, las cosas no salieron bien y el cargamento se cayó, entonces el señor
Pimentel me pidió ayuda a mí... Yo fui a hablar con él y le dije que yo no
podía hacer nada por él, entonces me dijo que yo era un hijo de puta... Díaz
después yo fui al apartamento del edificio Conquistadores donde vivía, fui con
varios escoltas y armado, cuando Pimentel bajó del ascensor me vio armado y
todo, y le dije que quien era el hijo de puta y no fue capaz de responder, del
susto se montó otra vez al ascensor y llamó a mi tío Miguel a decirle que yo lo
iba a matar. Mi tío me llamó a regañarme... Yo le expliqué la situación de lo
que había pasado... Mi tío me dio la razón, pero me dijo que me quedara
callado, y que por favor no le fuera a hacer nada al tipo".
Por lo anterior, se puede notar Pimentel se ha caracterizado por ser polémico y por manejar cierta doble moral, porque acusa a Atlético Nacional y a Alianza Petrolera de ser un mismo equipo, lo cual quiero debatir en la parte final de mi texto. En este sentido, es cierto que los verdolagas y los Aurinegros tienen un convenio interinstitucional que implica intercambio de jugadores (como en su momento lo tuvieron los dos equipos tradicionales de Cali con el Quindío); pero eso no implica que el "Borussia de Barranca" sea del verde paisa, lo que sí es claro es esto: Alianza Petrolera hundió al América en la B, le ha ganado dos veces a Medellín y a Millos, eliminó a Santa Fe de la Copa Postobón 2013, le ha ganado a Junior, así que está acostumbrado a tumbar a casi todos los tradicionales, menos a Nacional; pero esto nada prueba. Por lo tanto, Pimentel no tiene pruebas para hacer dicha acusación en su Twitter contra las susodichas Instituciones; en conclusión, el que tiene rabo de paja no se arrime a la candela.
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